Caja negra

Vuelven los hermanos Mori y el diccionario del cine gore chileno. Vuelve la toma de la Escuela de Teología por el padre neonazi de la única estrella del glam rock en Chile. Vuelven el escritor que tarja, Ira Levinas, Osu y Kenji, que se sacó los ojos después de dibujar Caja negra.

Publicada en 2006, Caja negra fue la primera novela del reconocido autor chileno. Desaparecida del mercado, circuló profusamente entre estudiantes y lectores avezados de toda Latinoamérica, que reconocen en esta obra el germen de ciertas opciones temáticas y narrativas hoy plenamente legitimadas: la parodia como forma de homenaje, la alusión a una historia fantasmal de Chile,  el uso  de materiales  desprestigiados  por la cultura  high brow —el cine  basura, la ciencia ficción, el cómic, el relato de terror—, la saturación y la fragmentación y la cita como pilares estructurales.

Bisama supo leer el modo en que la información y los estímulos circulan —rotos, dispersos, alocados— y llevar eso al plano de la estructura. El resultado es Caja negra, un experimento narrativo que centrifuga tradiciones y maneras de narrar, y quiebra las jerarquías que dicen lo que es alto y lo que es bajo en la cultura.

Mauro Libertella

Probablemente el libro que definió mi adolescencia más que ningún otro.

Daniela G. en Goodreads

La novela debía parecerse a ese búnker destruido al lado de unos roqueríos suicidas que hay en Valparaíso, o a una pista de skaters que estuvo vacía durante todo el tiempo que crecí en Villa Alemana. Sitios deshabitados, llenos de posibilidades, al modo de esas casas demolidas con las que Gordon Matta hizo arte en los setenta; edificios abiertos que dejan ver sus interiores como un abismo donde todo puede desaparecer en el aire sin razón alguna (…) Supe siempre que iba a ser un libro tristísimo.

Álvaro Bisama